miércoles, 2 de mayo de 2018

Cuento - Vilán, El Rey Egocéntríco


VILÁN, EL REY EGOCÉNTRICO

En un pueblo de esta hermosa isla, vivía una niña llamada Liz,  junto a sus padres, una familia de clase media.  Era de baja estatura, 12 años de edad, delgada, morena y de nariz respingada.  Sus ojos ondulados color verde aceituna, su cara redonda, cabello rizo color marrón.  Hermosa sonrisa y belleza natural, simpática, alegre y muy aplicada.  Sus padres le inculcaban los valores que toda persona debe tener para realizarse como un individuo, preparado para aceptar los retos de la vida.  La responsabilidad, bondad, confiabilidad, justicia, respeto y civismo, eran la base de esta familia.

Su mamá Lizzy, ciudadana americana, de tez blanca, ojos verdes, esbelta, cara alargada y nariz respingada, trabajaba de día en un restaurante como Chef en la ciudad capital, San Juan.  Su papá Juan, trabajaba de noche en la Autoridad de Energía Eléctrica.  Ambos se turnaban en el cuido de la preadolescente.  Luego de que ella llegara en autobús de la escuela, su padre la esperaba listo para merendar en la casa, así podía darle calidad de tiempo a su hija.  A Liz, le encantaba que sus padres estuvieran con ella en la mayoría de su tiempo disponible y le daba gracias a Dios por tenerlos.

Sentían temor de Dios y eran muy responsables con la sociedad.  Tanto en la urbanización donde residían, en la escuela y en la iglesia eran muy queridos en la comunidad y los respetaban.  Liz, como toda niña, tenía muchas preguntas e inquietudes.  Así que siempre preguntaba a sus padres qué era lo correcto, en medio de cualquier situación que tuviera por sus actos y sin maldad en su ser para discernir lo positivo de lo negativo.

Los fines de semana viajaban por la isla y cada semana visitaban un pueblo distinto.  La mayoría de las veces iban a la playa.  Visitaban unas cabañas donde pernoctaban.  En la noche podían recrearse al mirar el cielo lleno de estrellas, y por el día se escuchaba el cantar de los pájaros, ver los pitirres, judíos, turpiales y hasta mariposas de diversos colores y tamaños revoloteando por todo el lugar.  Un remanso de paz.  El escuchar del viento con un sonido suave y armonioso que despertaba al humano que había en ti.  ¡La naturaleza es hermosa!  Así la familia compartía y lograba despejarse de los problemas que aquejan a nuestra sociedad, algo que en la metrópolis no se podía hacer por el alto ruido y la contaminación ambiental.

En Liz había algo especial y los demás podían observarlo.  Un día al regreso de la escuela, al llegar a la casa encontró a su padre sentado en el sofá de la sala mirando la televisión.  Caminó hacia él, le pidió la bendición, lo abrazó y saludó con un beso suave en la mejilla.  Su padre Juan, era un hombre joven, moreno, alto, con ojos saltones color ámbar.  Su nariz chata, y cabello ondulado color marrón con algunas canas, buen mozo.  De voz única, pausada, humilde y sincera con un sentido de la palabra y un lenguaje sutil que el que le escuchaba sabía que la experiencia hablaba.  Mirándolo con cariño le preguntó a su padre, si podía escucharla brevemente, pues quería decirle algo que la inquietaba, y sostuvieron una breve conversación:

– Papá, le tengo aprecio a mis amigos.  Me encanta jugar con ellos, pero a pesar de llevarme bien con ellos me molesta compartir mis juguetes y libros porque son míos.  Me da ira, pero luego de molestarme, gritarles y arrebatar de sus manos mis cosas, en un momento dado cuando se despiden de mí siento remordimiento.
¿Papá este sentimiento es normal?
– Bueno, hija, -le contestó su padre- no debes confundirte al cuidar tus cosas y querer todo para ti.  Eso es ser egoísta.  Esto no debe convertirse en obsesión.
– ¿Qué es eso papá?  ¿Qué tratas de decirme?
– Querida hija, te voy a narrar un cuento.  Espero que esto te ayude y conteste tu pregunta.

Hubo una vez, en un lugar remoto de nuestro mundo coexistían dos ciudades hermosas gobernadas por dos reyes.  Una estaba ubicada en el área norte y se llamaba Parissa.  Tenía los mejores valles, ríos, montañas, y muchos recursos naturales.  Un pueblo exquisito en cultura, de estructuras de vivienda en ladrillos y personas encantadoras.

La otra ciudad ubicaba en el área sur se llamaba Tulume.  Estaba ubicada cerca del mar, con playas hermosas de arena blanca y agua cristalina.  Sus casas en su mayoría eran de madera.  Estaban construidas con fachadas diferentes muy bonitas, las cuales pintaban de colores llamativos.  Sus habitantes se especializaban en la agricultura, ganadería y la pesca.

Sus ciudadanos tenían leyes y mantenían una buena comunicación.  Su economía y ambiente era lo mejor de ambas civilizaciones.  Vivían felices intercambiando toda fuente de alimento, transportación e ideas, y sus relaciones laborales e interpersonales también eran favorables.  Convivían en un entorno positivo lleno de mucha satisfacción y así fue por décadas.

El rey del área sur, llamado Velveto, era un hombre piadoso y bondadoso.  Se caracterizaba por ser amable con todos por igual.  Sus súbditos eran para él una joya preciosa que tenía que valorar.  Era espléndido a la hora de ayudar a los demás.  El rey tenía tres hijos: su primogénito Vilán, su segundo hijo Bonran y su hija menor Jules.  Amaba a sus hijos con todo su corazón.  Su reina había muerto hacía varios años.  Velveto les daba todo lo que podía, pero además de amor, le inculcó valores para cuando les faltara, siguieran sus pasos.  Pasaron los años y su hijo mayor, Vilán se convirtió en un príncipe opulento.  Éste había cambiado mucho su forma de ser, se había convertido en una persona egoísta, ambiciosa, sin escrúpulos, sin modales ni compasión.  El poder lo hacía envidiar a su padre, pues éste cada vez que podía lo reprendía para que cambiara su actitud hacia los demás.  Le había dado el ejemplo siempre, pero Vilán albergaba en su corazón sentimientos ocultos en contra de su progenitor.

Sus otros hijos eran lo opuesto, pues eran nobles y humildes.  Estaba muy orgulloso de ellos.  El Rey comenzó a enfermarse y dar muestras de que ya no podía seguir en el trono.  Pero antes de que dijera su último deseo, y a su vez mencionar el heredero al trono, murió de una extraña enfermedad.  Todos en el reino con mucho dolor lloraron su partida, pues lo apreciaban mucho.

El rey del área norte llamado Maurice y sus súbditos se acongojaron por este amargo evento.  Aunque sabían que él ya estaba enfermo no esperaban que su partida fuera imprevista.  Maurice no tuvo hijos propios pero adoptó junto a su reina a un joven muy parecido y con buenos atributos, el cual siempre estuvo a su lado.

Ya pasados los actos fúnebres, de inmediato y por la fuerza, tomó el poder al trono el primogénito del fenecido Rey.  No lo veían con buenos ojos, por no hacer las cosas reglamentadas.  Ambos reinos tenían sus leyes, pero a Vilán no le importó nada de lo que dijeran.  Además de ser arrogante y una persona egocéntrica, gozaba de poca popularidad en ambos reinos.

 Siguiendo los procedimientos, el pueblo trató de detener el reinado de Vilán, el hijo mayor del reino del sur.  Sus hermanos no pudieron oponerse, pues ya él tenía todo planificado para ser el nuevo soberano y aquel que se opusiera podría pagar con su vida al intentar destronarlo.  Ya con esta gesta desistieron de luchar en su contra.  Luego de un tiempo, comenzó el calvario de los ciudadanos de ambas ciudades.
El rey Vilán y heredero por decreto comenzó a cambiar todo.  Manipuló y cambió todas las leyes para su propio beneficio.  Hubo nuevas condiciones de trabajo y modificaron los acuerdos que ya existían entre ambas partes.  A partir de su reinado el pueblo debería pagar un tributo especial por pasar por una vereda que los conducía hasta el mar, donde algunos marinos ya tenían permiso para pescar, vender, comprar frutas, verduras y carnes.  Este pacto había existido por mucho tiempo, lo cual les permitía  llevar comida a sus familias y hogares.

Prohibió hacer trueques entre ellos y ni siquiera podían reunirse los amigos para dialogar.  Todo cambió radicalmente y no hubo forma de discutir acuerdos con el nuevo grupo de súbditos que mantenía bajo su poder, los cuales tenían el poder de disuadir a los oponentes de su reinado.  No estaba dispuesto a compartir sus recursos con nadie y eso aplicaba a todos.  Unidos, los ciudadanos marcharon en su contra y aunque se observaba una disciplina en sus peticiones, sus palabras fueron en vano.  Por todos los medios trataron de evitar la guerra entre ambas ciudades.  Se convirtió en un acto de manifestación de egoísmo y represión.  El ocio en la ciudad del área sur era evidente.

Su reinado era imposible.  Sabía que su ciudad tenía todos los recursos necesarios para subsistir, al menos en el palacio.  Su pueblo tampoco le importaba y doblegaba a la otra ciudad sabiendo que le faltaban víveres, los cuales no proporcionaba para hacerles daño.  El rey Maurice había tomado provisiones y comenzó a hacer un racionamiento de agua, comida, frutas y carnes.  Todo lo que pudo obtener fue dejado en reserva para tiempos difíciles.  Todo lo que había en el palacio lo compartía con todas las personas de su reino pero aun así no era suficiente.  No importaba su jerarquía social todos pasaban por la misma situación.  El Rey tenía dotes de un gran ser humano, con su humildad y generosidad.

La sociedad del área norte estaba indignada, no podían creer que esto sucediera  después de tanto luchar por lo que pensaban era justo para ellos como parte de un sistema integral entre ambas ciudades.  El agravio que esta persona les había infringido era devastador para ellos.  Debían buscar solución a este problema, pues dependían de cruzar por su ciudad para poder alimentar a los suyos.  

Algunas personas de la ciudad del área sur discutían en privado lo que estaba ocurriendo en sus vidas, después de tantos largos años siendo felices.  Se pusieron de acuerdo y redactaron una carta al rey del área norte Maurice.  Enviaron un emisario a llevarle una carta que decía:

“El egoísmo de este Rey es piedra de tropiezo en nuestra sociedad. Debemos ponernos de acuerdo para ponerle fin a este malentendido, ya que somos muchos los que no estamos de acuerdo con el rey Vilán.  No queremos restringir todo lo que ya compartíamos.  Agradeceremos tener comunicación para detallar la estrategia a seguir”

El rey Maurice recibió el mensaje con beneplácito.  Estaba confundido al principio, pero luego comenzó a ver las cosas de forma distinta al saber que tenía personas a su favor en la ciudad del área sur.  Pensó, ¿qué haría? para ayudar a todos sin tener pérdidas humanas en el proceso.  Pensativo en su habitación, en la torre del Palacio, observó desde su ventana a unos niños jugando.  Mientras se sumió en su pensamiento, comenzó a escuchar el cantar de los pájaros y el zumbido del viento.  A lo lejos vio una señal que para él fue definitiva; y una razón para que todo volviera a la normalidad.

Unos hermanos estaban jugando en la orilla del río.  De pronto uno de ellos tropezó con una piedra que estaba justo en la orilla y cayó al agua.  Los hermanos reían de lo que le había pasado al niño.  Éste gritaba con fuerza para que lo auxiliaran porque estaba en peligro de hundirse y ahogarse.  Uno de los hermanos, el más compasivo, al ver que los demás no hacían nada para salvarlo, se agachó y estrechó su mano.  Con mucha fuerza lo levantó, pero al fin pudo sacarlo.  Totalmente empapado y muy asustado abrazó a su rescatista.  Los hermanos tienen sus diferencias pero se quieren y a pesar de todo se ayudan.

Al rey Maurice le surgió la idea de darle una lección a una persona que no ve más allá de lo que quiere ver.  Recordó a su amigo fenecido el rey Velveto.  Lo quería como su hermano, sabía que no tenía culpa alguna y decidió resolver esto de una forma u otra.

Al principio el rey Vilán lo tenía todo.  Pensar en si mismo era su prioridad.  El dominio del reino era rampante, todo lo que había era de su propiedad y no lo compartía con nadie.  Todos los ciudadanos fueron afectados.  Apenas iniciaba su maldad hacia los más vulnerables, provocaba que las personas murieran de hambre por la escasez de alimentos.  Los niños, mujeres y ancianos eran los más sufridos en ese momento.  Las enfermedades afloraban.  El reinado del área norte no encontraba conformidad a los escrúpulos del rey Vilán, que sin compasión los tenía marginados aunque había un puñado de personas que lo seguían ya que la mayoría estaba en contra de su vil trato.  En ese momento de desesperación el rey Maurice tomó la iniciativa de enviar un mensajero al reino del sur y entregar una misiva al rey Vilán pidiéndole benevolencia.  Su carta decía asi:

“Distinguido Vilán, rey del sur.  Nos place invitarle a participar junto a nuestros ciudadanos de la fiesta de La Convivencia que cada otoño se celebra en nuestra ciudad, como muestra de compañerismo hacia usted, y sus súbditos.  Esperamos su confirmación.  Será un placer tenerlo con nosotros como muestra de su generosidad”

Vilán no hizo esperar su reacción.  Al recibo de la invitación, mostró una mueca.  Ciñendo su frente y con su mano izquierda tocó su mentón, dio par de pasos y luego de un minuto de silencio comenzó a reír a carcajadas.  Dentro de sí decía: “esta será la forma en que podré vengarme de estos plebeyos, pues siempre han gozado de nuestra fortuna y más del aprecio de mi difunto padre”.  Aceptó la invitación dejándole saber al mensajero que asistiría a tal festín.

El día tan esperado llegó.  Los preparativos de la fiesta ya estaban terminados.  Se había puesto una mesa, exclusiva para el rey y sus acompañantes, junto a las gradas para que viera los juegos de cerca.  Todos estaban a la expectativa, pues verían al individuo que los mantuvo marginados y maltratados.  En cuanto el rey Vilán llegó a la fiesta, entró al lugar haciendo un ruido estrambótico para llamar la atención, lo cual logró de forma unánime.  No obstante el rey Maurice lo acogió con buena actitud, lo saludó estrechando su mano en señal de amistad, pero Vilán lo miró de frente e ignoró su saludo.  Al hacerle el desaire al rey Maurice, las personas que se encontraban allí se dieron cuenta y sintieron vergüenza ajena.  Uno de los jueces que asistía a uno de los juegos del agasajo se molestó e intentó increparlo.  El rey Maurice lo detuvo a tiempo, ya que el rey Vilán andaba con unos mercenarios que podían, ante sus órdenes, formar un motín y eso no era lo que se pretendía. Ya habían logrado sacarlo de su hábitat y era preciso terminar lo que ya había comenzado.

El rey Maurice solo quería demostrarle al rey Vilán que el compartir lo poco que les quedaba por su causa, era además el antónimo de ser egoísta.  Él lamentablemente testarudo, en su núcleo de soberano universal, buscando siempre su propio interés.

Mientras el rey del sur Vilán, se regodeaba en su mesa asignada junto a algunos de sus más allegados, se acercó un bufón enmascarado llamado Oreole.  Éste hacía malabares; nadie sabía de donde era oriundo y no le reconocían en el lugar.  Mientras se acercaba lo suficiente al rey, sin que nadie se diera cuenta, vertió un líquido que llevaba en un frasco pequeño, adentro de su copa de vino y cuando terminó su acto salió del lugar muy aprisa.

 Vilán se levantó de su silla y alzó su copa para hacer un brindis por él.  Tomó más de un sorbo de vino.  De inmediato, comenzó a buscar respiración, tocaba su garganta y su mirada anunciaba un profundo dolor, hasta caer al pavimento.  Todos comenzaron a mirarse extrañados, no sabían que pasaba.  Algunos corrían y gritaban, “han envenenado al rey Vilán, detengan al bufón, fue la persona que estuvo más cerca del rey”.  Después de una extensa búsqueda ya había desaparecido del lugar sin dejar rastro alguno.

Esto era lo que esperaba el rey Maurice, pero disimulaba ante todos.  Le había dado la oportunidad de enmendar sus acciones en contra de todos pero aún así le dio lástima porque en medio de todo fue víctima de su propio destino.  Lo que no sabían era que Vilán estaba vivo.  El somnífero había surtido efecto.  Éste había sido llevado a un calabozo cerca del lugar donde se hizo el festín, sin dejar rastro alguno para que sus mercenarios no tomaran la justicia en sus manos y hacer creer que estaba muerto.

Al cabo del tiempo el hermano del rey Vilán, Bonran que era un hombre honorable, se convirtió en el nuevo Rey del área sur.  Éste fue escogido por sus méritos y porque todo el pueblo le dio su confianza, pues tenía todos los atributos de su padre.  Jules la hermana menor dio a conocer que se casaría con Oreole un hombre digno de ella, quién resultó ser, el hijo adoptado del rey Maurice.  Así que las cosas fueron tomando forma positiva en estas ciudades.  Todo cambió para bien y volvieron a ser felices como antes. La noticia se extendió hacia otros países y la sociedad volvió a realizarse.

El rey Maurice mantuvo en el exilio a Vilán hasta que ya más calmado pudo dialogar con él.  No merecía nada, aún así se encargó que no le faltara nada.  Lo alimentó, lo mantuvo con vida, no lo abandonó a su suerte y cada vez que podía lo visitaba.  Lo mantenía al tanto de lo que le acontecía a sus hermanos y a su reino.  Sabía en su interior que para sus hermanos no existía y al parecer a nadie en la ciudad le hacía falta ni siquiera a los que le seguían.

Vilán al estar condenado en la soledad, pudo batallar con sus sentimientos y su conciencia dio indicios de arrepentimiento, y entonces pudo llegar al perdón oportuno.  Tuvo tiempo de reflexionar en el daño que le había causado a los demás y pidió que lo liberaran para así tratar de arreglar lo que había hecho.  Jamás volvieron a saber de él.  Nunca se supo que pudo haberle sucedido.

Pasaron los años y el rey Maurice, ya en su vejez recordó lo sucedido alguna vez.  En su habitación, en la torre del palacio, mirando desde su ventana a lo lejos, se dio cuenta que en la vida a veces hay que tomar decisiones drásticas para un bien común.

— ¡Papá que gran historia!  Deja ver si entendí; lo que me quieres decir es que la persona egoísta, que no tiene control, se puede convertir en una persona soberbia sin piedad ni amor hacia sus semejantes, causando males a su paso.
— Es correcto...Liz, vemos como el rey Vilán pone en riesgo la vida de ambas ciudades por su egoísmo.  Aunque el padre le enseñó lo correcto, éste albergó maldad en su corazón.  Tomó una decisión y en cuanto tuvo el poder en sus manos no tuvo compasión, ni siquiera por los suyos.  Esto ocurre hoy día en nuestra sociedad.  Existen personas con poder que penalizan a otros, porque buscan su propio beneficio sin importar que dejan a su paso.  Por eso, sin importar lo que otros hagan a nuestro alrededor, debemos tener paz en nuestro interior.  Tenemos que renacer con profundo interés en nuestros valores morales.  Por tanto, no debes ignorar el aviso que te da tu corazón, el sentimiento de culpa por tus malos actos significa que no te gusta tu comportamiento, así que aunque a veces es normal cuidar tus cosas con recelo no debes extralimitarte para con los que amas.  Mejor comparte todo aquello que tengas con los que están a tu lado.  No permitas que el egoísmo socave la amistad y piensa que el compartir es la clave de la felicidad.
— Gracias papá por el consejo ¡Te amo! Voy a mi habitación. Tengo tarea y debo estudiar para una prueba, pero al terminar llamaré a mis amigas para que vengan a jugar y les daré un abrazo por compartir conmigo.

Moraleja: “No hagas a tus semejantes lo que no quieras que otros te hagan”.  El egoísmo de un imperio puede provocar heridas que dejan huellas en el alma de quien sufre la pena, pues es, quien no tiene sentido de la humanidad de sus semejantes.

Seudónimo: M@ro


Cuento- Galileo mi gran amigo



   

Galileo mi gran amigo 





Prólogo

   Los amigos son para siempre, el mejor ejemplo son los animales, cualquier mascota sea grande o pequeña siempre es especial para toda la familia en especial a los niños. Crecen amando a sus mascotas, los cuidan y alimentan esto hace que entiendan la responsabilidad que esto conlleva. Se preparan para ser personas con valores morales y así lograr un lindo futuro para todos.

Dedicatoría

   Dedico a todos los que aman a sus mascotas y protegen sus animales, los que de alguna forma se sacrifican para mantenerlos con vida y les dan albergue a los que encuentran en las calles víctimas de abuso por parte de personas que no tienen compasión.













     Era un dia lluvioso, como de costumbre en este país tropical, Puerto Rico, la isla del encanto, rodeada por agua, con diversos climas, hacía frío, el día estaba nublado y lluvioso, Galileo estaba totalmente empapado, corría despavorido por el campo buscando un refugio dónde guarecerse.  Mientras sentía angustia al estar solo buscando a su alrededor para ver si lo seguían, sus cabellos color marrón mezclado con color blanco, su hocico del mismo color, con una cola hermosa, que bailaba al compás de la brisa fuerte que soplaba en ese instante.

    Añoraba su hogar el lugar de donde tuvo que huir por motivos sentimentales, había sido un caballo de carreras de gran linaje, pero un día fatídico en una de las carreras importantes en el hipódromo, el jinete que lo cabalgaba, sin escrúpulos lo forzó a correr más de lo que suponía lastimándolo con el látigo. Uno de los púgiles en la carrera se acercó demasiado y se interpuso en su camino cayendo ambos al pavimento. La persona no sufrió daños mientras; Galileo salió maltrecho, fracturándose una de sus patas traseras, el médico veterinario de inmediato fue a hacerle los exámenes de rigor, pues sabía que él había sufrido mucho.

    El diagnóstico que recibió su dueño fue fatal pues Galileo no podía volver a la pista de carreras su vida de campeonatos había llegado a su fin. Hubo una reunión por parte de todo los involucrados para luego determinar que había que sacrificarlo, en ese momento se encontraba su hijo menor, Michael de 8 años, delgado de tez blanca con ojos grandes azules y su cabello rubio angelical muy aplicado, pero a la vez tímido logro escuchar lo que su padre decía del equino.  Aun cuando sabía que quizás su padre no le daría importancia a su pedido, le suplicó que no lo matara, y se comprometió a hacerse cargo de su alimentación y demás. El padre dudaba de su planteamiento, pero aun así le dijo que lo pensaría, mientras el niño llegaba de la escuela todos los días en la tarde, corría directo al al establo donde se encontraba Galileo y lo cuidaba.  Le agradaba lo que hacía, se sentía útil y al caballo le agradaba el niño, el caballo relinchaba para saludarlo demostrando que estaba feliz de verlo, esto fue así por un tiempo.

   Pasaron los años Galileo ya sus heridas habían sanado y podía correr nuevamente por la pradera libremente, Michael lo montaba a diario para mantenerlo en forma.  Jamás pensó que el final de esta gran amistad llegaría tan pronto. Un día su padre lo llamo para platicar a solas y  le informo que sus finanzas lo tenían preocupado y que no tenía solución al problema monetario ya que los impuestos habían subido mucho, en las alimentos para animales y que ya no contaba con dinero en sus cuentas.  Tendría que vender algunos ejemplares para poder mitigar lamentablemente lo que ocurría. Galileo seria vendido con otros esa fue su decisión. 
     
     Tenía planes de llevarlo a un lugar donde los caballos finos los apareaban para mantener razas puras, el animal tenía sangre noble de un gran linaje entonces serviría para ser semental y mantener su estirpe. Michael ya adolescente no quería admitirlo y se negaba a perder a su amigo de infancia, así que un día lluvioso sin que nadie se diera cuenta, lo llevo a un paraje desconocido por él padre  y le dijo a Galileo que corriera muy lejos para que estuviera libre y no encerrado en un lugar donde lo mantendrían a distancia de todo.

    El caballo entendió de inmediato que debería escapar, pero con mucho dolor pues se alejaría de su amigo aun así estaba dispuesto a volver a buscarlo en cuanto el pudiera para poder revivir su vida juntos en una gran amistad. Su padre al darse cuenta de que había desparecido el equino envió a buscarlo por las fincas adyacentes con el capataz de su finca sin obtener un resultado positivo, al poco tiempo desistieron de buscarlo y lo dieron por muerto.

   Mientras, Michael imaginaba donde podía salir a buscarlo y recordó cuando niño que viajaba por la vereda solitario donde pudo observar una cueva que existía por esa área. Estaba cerca de la carretera él podía haberse escondido allí, entonces después de varias horas buscando por todos lados llego a la cercanía y comenzó a llamarlo por su nombre “¡Galileo- Galileo! … comenzó a silbar de la manera que él, le había enseñado a responder a su llamado, espero varios minutos sin tener respuesta alguna, ya vencido y aturdido comenzó a lamentar el momento que le pidió a su amigo que se marchara de su lado sin pensar en el dolor que esto le causaría.  

    Afligido y cabizbajo el muchacho rubio caminaba dando tumbos cuando de pronto escucho un sonido parecido al que, hacia su caballo, el busco de dónde venían los sonidos y pudo alcanzar a ver su caballo a lo lejos, Galileo que cabalgaba por allí al verlo salió corriendo hasta el, Michael sollozando le gritaba Galileo, amigo ¡qué bueno que estas bien! jamás voy a dejarte, abrazándose a su cuello y el caballo a su vez se movía con gentileza y alegría. Llevó el caballo a su casa y le confesó a su padre lo que había hecho, por amor a su mascota, entonces el padre por amor a su hijo desistió de su venta y fueron felices hasta la vejez y amigos para siempre.

Fin

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miércoles, 16 de abril de 2014

Semana Santa

Semana Santa





En esta época tan hermosa donde se recuerda el sacrificio que hizo Jesucristo, quién murio por nuestros pecados, debemos reflexionar en hacer el bien sin mirar a quién y darle la mano al necesitado como cristianos. Deseo que en esta Semana Santa todos en solemnidad hagamos que nuestro mundo cambiante pueda ayudarnos a buscar en nuestro interior la razón del vivir, dar gracias a Dios por las cosas buenas y quizás no tan buenas que hemos recibido pues es un privilegio el estar vivos en victoria.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La Amistad






 
Como se define esta palabra, es muy amplia, a mi entender, puesto que no todo el mundo sabe el verdadero significado o por lo menos no lo toman en serio. Para mi es como si fuera parte de mi familia cuando la persona se gana la confianza, el respeto y  demuestra el afecto que comparte con los amigos. En días pasados tuvimos la perdida de un gran amigo que lo queríamos como hermano, le decíamos Bigote, pero en realidad su nombre era Mario Collazo. La mistad que nos unió por mas de 25 años y el afecto que entre nosotros existió no se puede explicar solo lo llevamos en nuestro corazón.

Estamos tranquilos pues se fue a una vida mejor, era una persona desprendida, compartía lo que tenia y era todo un caballero. Nuestra familia lo conocía si cada vez que hacíamos un vacilón o alguna reunión familiar lo convidaban para que fuera o sea todo el mundo que lo conocía lo apreciaba. De mas esta decir que lo que nos duele en el corazón es que no pudimos despedirnos de el pues su súbita partida  nos impidió hacerlo, el consuelo que tenemos mi esposo y yo, es que algún día nos volveremos a ver en la otra vida.


Descansa en Paz Amigo
 

domingo, 30 de junio de 2013

Vacaciones en Familia


Las vacaciones son para poder disfrutar y olvidarse de los detalles reales de la vida cotidiana, eso es lo que yo opino, entonces fuí con mi familia a la República Dominicana  y visitamos a Punta Cana lugar hermosísimo lleno de hoteles categorizados  5 estrellas y nos hubicamos en el Hotel Sirenis Cocotal nos trataron muy bien he aqui les publicaré diversas fotos que tome en esa excursión y agradable situación.

Pavo Real en la facilidades del Hotel

La Milla de Oro vista a 1,500 pies de altura.

 El Río Altos del Chavón y su ciudad de piedra en Casa de Campo y teatro al aire libre.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Refranes de Puerto Rico




 



  1. Dime con quién andas y te diré quién tu  eres.
  2. Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.
  3. De más lejos viene el bacalao y se come.
  4. Mientras el hacha va y viene el palo descansa.
  5. Árbol que nace doblao, jamás su tronco endereza
  6. Zapato que me quito, no me lo vuelvo a poner.
  7. No seas zángano (trabajar de más).
  8. No seas salmón (nadar en contra de la corriente).
  9. El que no coge consejos, no llega a viejo.
  10. Ojopor ojo, diente por diente.
  11. A caballo regalao, no se me mira el colmillo.
  12. Si del cielo te caen limones aprende a ser limonadas.
  13. A cada santo le llega su hora.
  14. A cada lechón le llega su nochebuena.
  15. A la tercera, es la vencida.
  16. A quien Dios se lo dio, San Pedro se la bendiga.
  17. A río revuelto ganancia de pescadores.
  18. Al camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
  19. Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta.
  20. Agua que no has de beber, déjala correr.
  21. A Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de Dios.
  22. Al mejor cazador, se le va la liebre.
  23. Al que madruga, Dios lo ayuda.
  24. El ojo del amo, engorda el caballo.
  25. Cuando el río suena, es porque el gua trae.
  26. Con dinero baila el mono.
  27. Crea fama y acuéstate a dormir.
  28. De tal palo, tal astilla.
  29. Dios aprieta, pero no ahoga.
  30. El muerto al hoyo y el vivo al retollo.
  31. Crea fama y acuéstate a dormir.
  32. Zapatero a su zapato.
  33. Vísteme lento, que tengo prisa.
  34. Tanto nadar, para morir en la orilla.
  35. El que siembra, cosecha.
  36. Dios no envía pruebas a nadie, que no pueda soportar.
  37. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
  38. No mires la paja del ojo ajeno, cuando tú tienes un pastizal en el tuyo.
  39. Nadie tiene el techo de cristal.
  40. A llorar para maternidad.

martes, 21 de mayo de 2013

Bombas Puertorriqueñas

Hay que tener cuidado con esta palabra, pues como están las cosas las personas ya tienen los pelos de punta, solo quiero escribir algunas para beneficio de los que buscan en Navidad. Para escribir dentro de una postal pues aunque  yo uso la tecnología sigo comprando y regalando postales.

Cantan los pleneros o las personas que vayan a decir las bombas puertorriqueñas" La Bomba ay que rica es, es, es, te sube el ritmo por los pies, por los pies, mulato saca a tu trigueña pa' que baile bomba, bomba puertorriqueña". Bomba....

 
 
 

BOMBA

 
Dicen que lo negro es feo
digo que no es Verdad
pues los mejores besos
se dan en la Oscuridad
 
Dicen que la maya inca
cogiéndola por la punta
pero más inca una lengua
cuando con otra se junta
 
Cuando vayas por la calle,
no camines con dulzura,
porque por atrás puede venir,
el camión de la basura.
 
Tú dices que no me quieres,
yo digo mucho mejor,
menos perras menos pulgas,
más fresco, menos calor.
 
Cuando supe la noticia,
de que ya no me querías,
hasta la perra de mi casa,
me miraba y se reía.
 
Yo quisiera ser el sol,
para entrar por tu ventana,
y darte los buenos días,
acostadito en tu cama.
 
Que bellos son tus ojos,
qué bello es tu mirar,
pero más bello seria,
si yo te pudiera besar.
 
El mundo es inmenso,
así lo es el mar,
pero nada se compara,
con tu manera de amar.
 
Como crecen los ríos,
cuando para de llover,
así crece mi amor,
cuando no te puedo ver.
 
Si amarte es un delito,
delincuente yo seré,
cumpliré con mi condena,
pero siempre te amare.
 
Tendré que subir al cielo,
escalón por escalón,
para buscar a esa mami,
que me robo el corazón.

 
Un amor como el mío,
no lo podrás encontrar,
lo tuviste en tus brazos,
y lo dejaste escapar.
 
Si el mar fuera cerveza,
y el rio fuera ron,
yo me la pasaría
nadando como campeón
.
Cuando comas chicarrón y
te duela la barriga
acuérdate de esta amiga que
te quiere y no te olvida.
 
Me gusta la tierra negra
Para sembrar arbolitos
Por qué mi amor lo he sembrado
en un lindo trigueñito.
 
Los niños piden juguetes
Los presos la libertad
Y yo como tu amiga
Te deseo Feliz Navidad.
 
No son letras de oro
Ni tampoco de rubí
Es solo que recuerdes
que yo me acuerdo de ti.
 
De cielo cayo un pañuelo
bordado de mil colores
con un mensaje que dice
_______ no te enamores.
 
 
Por ahí viene un carrito
Tocando mucha bocina
Esa será ___________
Que se quedó sin gasolina.
 
De Puerto Rico a Nueva York
Están construyendo un túnel
Para pasarme con _______
Sábado, domingo y lunes.
 
 
Coco, coquito dulce saber
Dame la llave de tu querer.
 
 
Cuando vayas por la calle,
no camines con dulzura,
porque por atrás puede venir,
el camión de la basura.
Tú dices que no me quieres,
yo digo mucho mejor,
menos perras menos pulgas,
más fresco, menos calor.
 
Cuando supe la noticia,
de que ya no me querías,
hasta la perra de mi casa,
me miraba y se reía.

Yo quisiera ser el sol,
para entrar por tu ventana,
y darte los buenos días,
acostadito en tu cama.
 
Tengo 20 amigas y contigo 21
a todas la quiero mucho pero
a tí más que a ninguna.
 
Dos flores en el agua
no se pueden deshojar
dos amig@s que se quieren
no se pueden olvidar.