Galileo mi gran amigo
Prólogo
Los amigos son para siempre, el
mejor ejemplo son los animales, cualquier mascota sea grande o pequeña siempre
es especial para toda la familia en especial a los niños. Crecen amando a sus mascotas, los
cuidan y alimentan esto hace que entiendan la responsabilidad que esto
conlleva. Se preparan para ser personas con valores morales y así lograr un lindo futuro
para todos.
Dedicatoría
Dedico a todos los que aman a
sus mascotas y protegen sus animales, los que de alguna forma se sacrifican
para mantenerlos con vida y les dan albergue a los que encuentran en las calles
víctimas de abuso por parte de personas que no tienen compasión.
Era
un dia lluvioso, como de costumbre en este país tropical, Puerto Rico, la isla
del encanto, rodeada por agua, con diversos climas, hacía frío, el día estaba
nublado y lluvioso, Galileo estaba totalmente empapado, corría despavorido por
el campo buscando un refugio dónde guarecerse.
Mientras sentía angustia al estar solo buscando a su alrededor para ver
si lo seguían, sus cabellos color marrón mezclado con color blanco, su hocico
del mismo color, con una cola hermosa, que bailaba al compás de la brisa fuerte
que soplaba en ese instante.
Añoraba su hogar el lugar de donde tuvo que
huir por motivos sentimentales, había sido un caballo de carreras de gran linaje,
pero un día fatídico en una de las carreras importantes en el hipódromo, el jinete
que lo cabalgaba, sin escrúpulos lo forzó a correr más de lo que suponía lastimándolo
con el látigo. Uno de los púgiles en la carrera se acercó demasiado y se interpuso
en su camino cayendo ambos al pavimento. La persona no sufrió daños mientras;
Galileo salió maltrecho, fracturándose una de sus patas traseras, el médico
veterinario de inmediato fue a hacerle los exámenes de rigor, pues sabía que él
había sufrido mucho.
El diagnóstico que recibió su dueño fue
fatal pues Galileo no podía volver a la pista de carreras su vida de
campeonatos había llegado a su fin. Hubo una reunión por parte de todo los
involucrados para luego determinar que había que sacrificarlo, en ese momento se
encontraba su hijo menor, Michael de 8 años, delgado de tez blanca con ojos
grandes azules y su cabello rubio angelical muy aplicado, pero a la vez tímido logro
escuchar lo que su padre decía del equino. Aun cuando sabía que quizás su padre no le
daría importancia a su pedido, le suplicó que no lo matara, y se comprometió a
hacerse cargo de su alimentación y demás. El padre dudaba de su planteamiento,
pero aun así le dijo que lo pensaría, mientras el niño llegaba de la escuela
todos los días en la tarde, corría directo al al establo donde se encontraba
Galileo y lo cuidaba. Le agradaba lo que
hacía, se sentía útil y al caballo le agradaba el niño, el caballo relinchaba
para saludarlo demostrando que estaba feliz de verlo, esto fue así por un
tiempo.
Pasaron
los años Galileo ya sus heridas habían sanado y podía correr nuevamente por la
pradera libremente, Michael lo montaba a diario para mantenerlo en forma. Jamás pensó que el final de esta gran amistad
llegaría tan pronto. Un día su padre lo llamo para platicar a solas y le informo que sus finanzas lo tenían
preocupado y que no tenía solución al problema monetario ya que los impuestos
habían subido mucho, en las alimentos para animales y que ya no contaba con
dinero en sus cuentas. Tendría que
vender algunos ejemplares para poder mitigar lamentablemente lo que ocurría.
Galileo seria vendido con otros esa fue su decisión.
Tenía
planes de llevarlo a un lugar donde los caballos finos los apareaban para mantener
razas puras, el animal tenía sangre noble de un gran linaje entonces serviría
para ser semental y mantener su estirpe. Michael ya adolescente no quería
admitirlo y se negaba a perder a su amigo de infancia, así que un día lluvioso
sin que nadie se diera cuenta, lo llevo a un paraje desconocido por él padre y le dijo a Galileo que corriera muy lejos
para que estuviera libre y no encerrado en un lugar donde lo mantendrían a
distancia de todo.
El caballo entendió de inmediato que debería
escapar, pero con mucho dolor pues se alejaría de su amigo aun así estaba
dispuesto a volver a buscarlo en cuanto el pudiera para poder revivir su vida
juntos en una gran amistad. Su padre al darse cuenta de que había desparecido el
equino envió a buscarlo por las fincas adyacentes con el capataz de su finca
sin obtener un resultado positivo, al poco tiempo desistieron de buscarlo y lo
dieron por muerto.
Mientras,
Michael imaginaba donde podía salir a buscarlo y recordó cuando niño que
viajaba por la vereda solitario donde pudo observar una cueva que existía por
esa área. Estaba cerca de la carretera él podía haberse escondido allí, entonces
después de varias horas buscando por todos lados llego a la cercanía y comenzó
a llamarlo por su nombre “¡Galileo- Galileo! … comenzó a silbar de la manera
que él, le había enseñado a responder a su llamado, espero varios minutos sin
tener respuesta alguna, ya vencido y aturdido comenzó a lamentar el momento que
le pidió a su amigo que se marchara de su lado sin pensar en el dolor que esto
le causaría.
Afligido
y cabizbajo el muchacho rubio caminaba dando tumbos cuando de pronto escucho un
sonido parecido al que, hacia su caballo, el busco de dónde venían los sonidos
y pudo alcanzar a ver su caballo a lo lejos, Galileo que cabalgaba por allí al verlo
salió corriendo hasta el, Michael sollozando le gritaba Galileo, amigo ¡qué
bueno que estas bien! jamás voy a dejarte, abrazándose a su cuello y el caballo
a su vez se movía con gentileza y alegría. Llevó el
caballo a su casa y le confesó a su padre lo que había hecho, por amor a su
mascota, entonces el padre por amor a su hijo desistió de su venta y fueron felices hasta la vejez y amigos para siempre.
Fin
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